¿Divorcios?

Andrés Torres Aguirre

La semana pasada, la senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Nuvia Mayorga confirmó en entrevista, con Las Vocales Radio, que era víctima de ataques surgidos desde su propio instituto político.

“Me quiere ver fuera del partido”, dijo Mayorga al referirse a las publicaciones que circulan en redes sociales en donde se hace alusión a su eventual salida y dejan entrever su adhesión al proyecto estatal del Morena.

Los rumores sobre la falta de cohesión dentro del PRI en Hidalgo no sólo van en aumento, sino que diariamente hay filtraciones sobre desacuerdos con alcaldes, diputados locales o militantes destacados que “migran al proyecto del precandidato opositor Julio Menchaca”; la exdiputada local, Dora Luz Castelán y el titular de la promotora de Eventos, Rafael Olín son los ejemplos más recientes. 

Luego de la denuncia de la senadora Mayorga, resulta difícil entender por qué no hay un posicionamiento del partido al respecto, o por lo menos (como ya es moda), una foto donde se le vea con la pre candidata de “Va por Hidalgo”, que cierre el paso a rumores y confirme que se sumó al proyecto.

Las redes sociales en Hidalgo están infestadas de imágenes de los precandidatos a la gubernatura y parecen disfrutar mucho de esa actividad, quizá creen que de esa forma envían un mensaje de que son plenamente respaldados, pero en muchos casos, el mensaje es interpretado de forma negativa por la reputación de los personajes que aparecen en las fotos.

 

En un estado donde la hegemonía priista también cumplió 93 años, la incertidumbre sobre la unidad vive en casi todas las actividades del partido. Ayer, el exsecretario del Medio Ambiente Benjamín Rico rindió protesta como presidente del Comité Municipal del PRI en Pachuca. El objetivo de su nombramiento es obvio, abonar al proyecto “Va por Hidalgo” en Pachuca dado que Rico Moreno tiene muchos años trabajando a favor de la población.

El problema es que en los últimos meses Rico tiene un claro enfrentamiento con el alcalde priista Sergio Baños. La rivalidad viene desde el proceso interno del PRI para definir candidatos a las alcaldías; aquella vez Rico dio un paso de lado, se conformó con la suplencia y la promesa de una candidatura a diputado federal la cual obtuvo, pero no así victoria en las urnas.

Personalmente, me entrevisté con el ingeniero Rico unos días después de perder la elección a diputado federal y a pesar de la natural frustración, confirmó que seguiría trabajando para materializar todas sus promesas de campaña.

Benjamín Rico cumplió su promesa, pero eso lo enfrentó con el alcalde Baños quien tiene una restricción presupuestaria, la obligación de consultar cada obra y acción con el cabildo, además de todos los problemas que surgen de conducir los destinos de una capital.

En la antesala de la campaña electoral, el “tricolor” ordena la designación de Benjamín Rico con una dedicatoria -me parece- al alcalde de la capital hidalguense: “El partido aprovechará el capital político del ingeniero, su conocimiento de la idiosincrasia pachuqueña; confiamos en él”.

Seguramente los “tricolores” tienen ases bajo la manga que no dudarán en usar al desarrollar la campaña a la gubernatura, pero en tanto se conoce qué y cómo lo harán, desde la distancia “se ven espacios en blanco, diferencias muy profundas, verdades a medias y en pocas palabras, divorcios secretos”.

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