¡Mira el pajarito!
Andrés Torres Aguirre
A casi una semana de confirmarse la noticia de que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) abandonaba la candidatura común con Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Nueva Alianza de Hidalgo (Panalh) queda claro que no hubo diferencias internas y que las razones de tal movimiento tienen como propósito contrarrestar la estrategia de sus opositores durante la campaña.
Los que saben más sobre el tema, aseguran que en el War Room de la alianza sabían que desde la oposición se orquestaba un plan para señalar al PVEM y a sus principales figuras como elementos negativos de la candidatura común.
Según los reportes, los examigos de los “verdes” tenían lista una campaña para revivir la mala reputación que arrastran desde hace varios años cuando fueron calificados por el diario español El País como: “Partido Verde. Una vergüenza para
México”.
En su edición de febrero de 2016, El País publicó un artículo sobre un documento firmado por 357 intelectuales mexicanos, que pedía la desaparición del PVEM por ser: “la expresión más acabada de la corrupción”.
Aunado a ello, los subsecuentes escándalos mediáticos, como el del año pasado cuando el “partido del tucán” como también se le conoce, se vio involucrado en una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), sobre lavado de dinero, precisamente en uno de sus bastiones, Quintana Roo.
En el escenario hidalguense, el PVEM se concentra alrededor de la figura de Cuauhtémoc Ochoa.
El hoy diputado federal en Tula por Morena y exfuncionario del gobierno de Enrique Peña Nieto, también fue un colaborador cercano, desde hace muchos años, del senador priista Miguel Osorio.
Con estos antecedentes, insisten los especialistas que vivieron la decisión de separar al Verde de la alianza con Morena, PT y Panalh, era necesario adelantarse para reducir los efectos de la onda expansiva generada por el bombardeo enemigo.
Hasta ahora, el sorpresivo movimiento dio excelentes dividendos a la candidatura común.
Al confirmarse la separación, el líder del PVEM en Hidalgo salió de inmediato a declarar que seguía en el proyecto de Morena y le siguieron exalcaldes de la Huasteca que desde hace meses se acercaron al PVEM tras la desaparición del Partido Encuentro Social (PES).
Luego, al pie de un guion bien armado, pero pésimamente actuado, Honorato Murillo y Karen Castrejón, titulares estatal y nacional, respectivamente, del PVEM, presentaron a su aspirante a candidato por la gubernatura de Hidalgo. Fin de la puesta en escena.
El movimiento, hasta hoy, generó más descontrol entre la alianza opositora donde aplaudieron la resolución del Verde. Deslumbrados por la sorpresa, hasta publicaron cifras que, según ellos, era el número de votos que se llevaban “los del tucán”.
La algarabía fue un error que quedó de manifiesto en las encuestas siguientes a la separación, en ellas, son muy escasos los puntos que obtiene el PVEM con una candidatura propia en Hidalgo y de paso deja libre de toda culpa a la candidatura común.
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