Tabaquismo, bruxismo y psicología dentaria.
Los implantes suelen sufrir una especie de doble estándar, una premeditación o prejuicio interno que sucede. En el caso de los dentales esto implosiona. Tiende a pensarse que sucede por una pérdida de dientes que depende de malos hábitos de higiene. Esto no es así. La pérdida dentaria depende de un montón de cosas. Es un proceso progresivo y paulatino con el cual todos contamos, sin excepción. Sólo que algunos casos son más graves por distintas cuestiones genéticas. También se suele pensar que los implantes llevan una connotación viejo-fobia, lo cual es incorrecto, explican en Impladent Implantes Dentales. No es solo una cuestión conceptual o estética. Es funcional. Muchos pacientes solo quieren poder seguir mordiendo.
Más allá de la cuestión genética, se dan distintos fenómenos difíciles de contener o controlar, que facilitan este desgaste desmedido. Uno de ellos, es el bruxismo. Un proceso que los médicos no han terminado de comprender del todo. Una combinación de factores emocionales, físicos o psicológicos producen esta tensión a la cual nuestros dientes se encuentran expuestos.
Nos podemos detener en el tabaquismo, y analizar la salud dental desde aquí. El fumar es completamente incompatible con la salud bucodental. El simple acto aumenta la chances de contraer cánceres orales, que afectarán a tus dientes directamente. La disminución de saliva, la sequedad también es producida por el humo. Esto dificultará tu habilidad de masticar, tragar o hablar. Las heridas tardan más tiempo en cicatrizar. Y ni hablemos del mal aliento.
Todas estas causas afectan de una manera u otra, el estado de resistencia de tus dientes. Es por eso que muchos recaen en la posibilidad de los implantes. Igualmente, los implantes no son aptos para todas las bocas. Por eso uno debe asesorarse bien, realizarse estudios con un dentista de confianza antes de tomar cualquier decisión. Sin embargo, la mayoría de las personas que se los han aplicado, han mejorado su calidad de vida. Es el único tratamiento que se conoce por ahora, que mantiene la estética y reemplaza la funcionalidad de un diente.
Como vimos al hablar de bruxismo, lo psicológico forma parte de este dictamen. La relación entre dientes y emociones ha sido comprobada científicamente. Cada pieza depende de una cierta tensión. La salud de nuestros órganos, también afecta directamente a nuestra boca. Perder una pieza por ‘X’ cuestión, puede resultar en un estigma social. Es que la cuestión estética, determina ciertas formas de actuar. Muchos pacientes han recuperado su felicidad, su seguridad, su confianza, luego de los implantes. La capacidad de persuadir o atraer depende de lo mental y de lo físico. No sólo las manos son nuestra carta de presentación como dice el dicho, también lo es nuestra sonrisa. Y qué mejor que mostrar una sonrisa brillante y sana. Vivir sin miedo ahora es posible.