Crisis y sus primeros auxilios II
Lyzandro Herrera
Segunda y última parte. Los primeros auxilios psicológicos los puede realizar cualquier persona, y su principal objetivo es el acompañamiento y contención emocional. También es cierto que en esta parte se debe tener conocimiento sobre ciertos sistemas de ayuda mínimos, por ejemplo, al menos un directorio de números de hospitales, ambulancias, policía, bomberos, pero sobre todo doctores, clínicos y psicólogos. Conocer el lugar también ayuda: saber dónde hay cerca gasolineras, hospitales o instituciones que pudieran ser de ayuda. Auxíliese de las personas alrededor o de llamadas telefónicas a quienes pudieran tener contactos de ayuda. Se debe evitar el frustrarse, impacientarse o mostrar desesperanza frente a las necesidades de la persona. Tampoco es recomendable mandar y no escuchar las propuestas de solución de la víctima y mucho menos dar falsas esperanzas (prometerle a la persona algo que no podemos cumplir). Es vital que los recursos de ayuda impliquen contactar con la red de apoyo de la persona (familiares y amigos), y no solo con profesionales desconocidos para la misma. Es una mala idea utilizar solo recursos propios, olvidándose de los de la víctima ya que en su círculo social puede tener contactos de mucha ayuda, incluso en lo legal, según el caso. Se debe verificar que no se haga todo por la víctima, si es capaz de pensar con claridad por sí misma, debemos darle espacio y herramientas para establecer su tejido de ayuda personal. Es muy importante no dejar sola a la persona antes que llegue la asistencia o un relevo. Finalmente y una vez que ayudamos dentro de nuestras posibilidades debemos despedirnos de la persona hasta que ya sepamos que no se queda sola y permanece con alguien de confianza y sobre todo, con un profesional capacitado. Si se puede, pasado un tiempo, monitorear que la persona esté bien o aún esté siendo asistida. Es cuanto.