LAS HEROÍNAS DE LA PATRIA

AMIRA CORRALES

Acaban de pasar las celebraciones patrias, con motivo de nuestra independencia. Dejar de haber sido una colonia española para ser un Estado soberano e independiente, ha sido una verdadera conquista. Mujeres y hombres de muchas generaciones han luchado en estos 212 años para autogobernarnos; sin embargo, poco se sabe de la intervención de mujeres heroicas y patriotas que mucho ayudaron a la consolidación de esta nación independiente, ya que la mirada androcéntrica que hasta hace poco se enseñaba en los libros de historia, no permitía visibilizar esta participación femenina. Mucho han colaborado las mujeres historiadoras que han comenzado a sacar de los anales, registros, testimonios, documentos y demás fuentes históricas, las hazañas y gestas heroicas de las mujeres del periodo de la independencia de México, bajo perspectiva de género; así ahora conocemos los sucesos y nombres femeninos de quienes promovieron nuestra patria, aparte de Doña Josefa Ortiz de Domínguez. Una de ellas: Leona Vicario, mujer aristócrata y culta que “creció en virtud y sabiduría, pero dotada de un espíritu rebelde y libre que no admitía ninguna tutela que impidiese su desarrollo…”, quien actuó como mensajera de los insurgentes, dio asilo a los fugitivos y perseguidos del virreinato, enviaba dinero y medicinas a la causa e informaba sobre las novedades de la corte virreinal; fue perseguida y confinada a arresto el tiempo que duró la guerra. El poema “La libertad y la tiranía” lo escribe como celebración a la creación de la Constitución de Cádiz en 1820. Gertrudis Bocanegra, gran colaboradora del ejército insurgente, hablaba purépecha y era amiga del cura Hidalgo. Ella en su natal Pátzcuaro, organiza la entrada del ejército; su marido e hijo fueron muertos en batalla y ella capturada y fusilada por apoyar la rebelión en 1817. Mariana Rodríguez del Toro, conspiró y planeó contra el virrey y la Nueva España en tertulias que realizaba en su casa, así como patrocinaba a la causa insurgente. La apresaron y no pudieron fusilarla, pero fue ultrajada y enfermó para morir en 1821. Mujeres como Antonia Nava “La Generala” o “La Güera” Rodríguez, merecen escrito aparte.