Amira Corrales

Las particularidades del día internacional de la mujer, han evolucionado y me parece, se encuentran en continuo cambio, ya que los antecedentes nos señalan que nuestras antepasadas, a finales del siglo XIX, exigían derechos laborales iguales a los de los varones, como el derecho al establecimiento de una jornada laboral -ya que ellas laboraban de 10 hasta 16 horas al día-, salarios dignos y justos -su salario era ínfimo-, derecho de huelga, derecho a unirse en sindicatos, así como pedían la prohibición del trabajo infantil, ya que los y las hijas de las empleadas que acompañaban a sus madres a la jornada, debían pagar su estancia con trabajo -porque tampoco las guarderías estaban establecidas-. Los derechos de las mujeres y de las madres trabajadoras se fueron conculcando gracias a las muchas demandas mundiales que se fueron dando desde esa fecha y hasta principios del siglo XX, principalmente con el establecimiento del socialismo ruso que intentó incluir a las mujeres en los puestos de toma de decisiones, más que ningún otro país de ese tiempo, sin embargo, no con ello lograron las mujeres bolcheviques la igualdad sustantiva, aunque sí el comienzo. El occidente no podía quedarse atrás, pero se vio sumergido en una terrible y absurda guerra que prolongó la total inclusión de las mujeres en el goce de sus derechos civiles, pero también, tuvieron la oportunidad de demostrar las grandes aportaciones sociales que siempre hemos realizado, ya sea en el frente de batalla como enfermeras, cuidadoras de infantes, ocupando puestos en las fábricas de alimentos e industria armamentística que habían dejado los varones para pelear en batalla, o salvaguardando el acervo histórico, cultural y social de sus comunidades. Al término de las tragedias humanas que traen como consecuencia cualquier guerra, incluida la gran vulnerabilidad de las mujeres que son tomadas como presas, botines, son violadas y desplazadas de sus lugares de origen con sus hijas e hijos, algunos gobiernos comenzaron a reconocer nuestro derecho al voto, aunque con algunas condiciones: en 1920 en Inglaterra podían votar las mayores de 30 años y casadas; en EEUU sólo las mujeres blancas…

Twitter: @AmiraCorrales