CULTURA

Colorido, música, olores, sabores, se conjugaron este dos de noviembre en los distintos cementerios para recibir a los fieles difuntos y preservar vivas las tradiciones en el estado.

Miles de familias asistieron a los panteones municipales para recordar a quienes se adelantaron en el camino, pero que no se olvidan y se les recuerda cada dos de noviembre.

A los panteones volvió el “jolgorio” las risas, la celebración a la muerte, luego de cerca de tres años en que una mala jugada del destino, como califica la sociedad a la emergencia sanitaria, llegó para llevarse a muchos y propiciar un giro en las celebraciones.

Dos años después de que los panteones se vieron vacíos por la emergencia de salud, este 2023 las familias volvieron a adornar las tumbas, a celebrar con comida, bebida y acompañar la presencia de las almas a ritmo de música de banda, mariachi o marimba.

Desde las primeras horas de ayer los panteones recibieron una alta afluencia de visitantes, quienes acudieron a celebrar justo como a sus muertos les gustaba.

La familia Reyes Sausa, procedente de La Raza, acudió a ofrecer flores al cementerio municipal de Pachuca. Llegaron con comida, flores y copal. Afirmaron que a pesar de que la celebración a los muertos resulta en estos tiempos costosa, no dejarán de ofrendar con sus gustos a los difuntos.

En el lugar, adornaron las tumbas con flor de Cempasúchil, colocaron vino, ofrecieron la comida preferida de sus difuntos y al compás de la banda de viento celebraron. (Milton Cortés Gutiérrez)