Deporte y cultura, refugio de algunos que están en prisión
–LABOR. Alberto elabora de figuras de hasta cinco metros de altura que define como arte moldeable, obtiene ganancias para cubrir sus gastos dentro del penal
Milton Cortés Gutiérrez
La soledad de la prisión, donde el remordimiento y arrepentimiento lo siguen como sombra, no han limitado a Alberto, para recurrir a la cultura y el deporte como alternativa de reinserción a la sociedad, a esa misma que al transgredirla lo ha llevado, dijo, a vivir la peor experiencia de su vida.
A sus 38 años de edad, está seguro que no le falta mucho tiempo para cumplir una sentencia de siete años que ha logrado reducir gracias a su buen comportamiento.
El tiempo que le resta al interior del Centro de Reinserción Social de Pachuca, es lo de menos.
Asegura que la estancia en ese lugar es dura. Difícil de sortear, pero ha sabido ganar respeto y admiración de los propios internos gracias a su talento para las artes y el deporte.
En “la sombra” también deben generar, ganar su dinero. Con la elaboración de figuras de hasta cinco metros de altura que define como arte moldeable, obtiene ganancias para cubrir sus gastos dentro del penal y para apoyar económicamente a su esposa, sus tres hijos y su madre.
Su experiencia de más de 20 años para manejar materiales diversos y crear figuras a base de madera, resina, espuma de poliuretano y unicel, lo hacen olvidar por momentos su calidad de persona privada de su libertad.
Además, es uno de los pocos internos dentro del penal con conocimiento para preparar un material, una masa a base de vinagre, harina, Resistol y cemento.
“Desde afuera las personas nos encargan trabajos. Sobresalen las solicitudes de trabajo de elaboración de figuras relacionadas a la santería, demonios, entre otro estilo de figuras”.
Alberto argumenta que su trabajo se ha recomendado por sí solo. Los visitantes, familiares, amigos de internos que acuden a las visitas, son quienes hablan de la labor cultural que se realiza al interior del penal y es la forma en que logra que se interesen en sus creaciones.
“Un trabajo grande, me lleva junto con mi compañero alrededor de 15 días realizarlo. Si son trabajos pequeños llegamos a sacar tres o cuatro a la semana dentro de mi horario laboral que es de cinco horas”.
Afirma que además de plasmar su talento, su anhelo de salir cuanto antes de la cárcel, también lo impulsa a transmitir su conocimiento y técnica de trabajo para generar fuentes de empleo en el lugar y compartir su conocimiento a otros internos.
Afirma que la vida y la convivencia carcelaria, generan todo tipo de pensamientos, comportamientos y reacciones que en ocasiones lo hacen lidiar con aspectos conmigo la depresión y la ansiedad.
Pero recupera el aliento y evidencia que debe luchar hasta con sí mismo.
Por ello, se ofreció para ser parte de los programas de desarrollo personal y deportivo dentro del penal.
Refiere que el deporte es otra de sus grandes pasiones que le permite apoyar a otros internos mediante la impartición de las disciplinas de acondicionamiento y resistencia física.
“Busco apoyar a los compañeros en este aspecto. Al exterior tengo un gimnasio con academia de artes marciales, siempre practiqué deporte, tengo conocimiento en artes marciales mixtas y soy expeleador profesional”.
Recuerda que fue peleador de la Xtreme Fighters Latino (XFL) y Street Combat, que derivó en convertirse en campeón intercontinental y de ahí adquirir conocimientos para convertirse en profesor de artes marciales mixtas, Muai Tai y King Boxing.
“De zona protegida tengo a 60 alumnos y de galeras es variado porque llega a haber de 30 a 40 personas a quien imparto clases. Quiero apoyarlos para que por medio del deporte puedan rehabilitarse, cambiar su forma de pensar, de actuar, su carácter. Las artes marciales no sólo son golpes, es disciplina formativa en todos sentidos, son artes que te enseñan a comportarte de forma adecuada”.
La conjugación de dos actividades hace que el tiempo transcurra menos lento. Busca dejar huella positiva entre sus alumnos, tal y como la prisión lo ha hecho de forma contraria en su vida.
Afirma que a diario fábrica sueños, propósitos, objetivos muy específicos para salir rehabilitado y por fin reunirse con su familia.