Amira Corrales 

Retomando “eso” que no querían nuestras abuelas que fuera tema de conversación “decente”, que desde que somos niñas nos enseñan a repudiar y al mismo tiempo a valorar, como único medio para ser madres y una vez siéndolo, como si se te quitara de golpe, hoy hablaremos de la reproductividad en las mujeres. Para las afortunadas a quienes sus madres o familia les habló, aunque fuera con cierta reticencia, del cambio que vendría con el paso de la infancia a la adolescencia, el costo no fue tan grave como el de otras generaciones a quienes ni siquiera se les mencionó que iban a “sangrar” entre los 11 y 14 años en promedio. La menstruación es un signo de que las mujeres comenzamos a producir óvulos fértiles y nuestro útero se ha preparado para implantar un óvulo que ha sido fecundado. Este ciclo menstrual-ovulatorio ocurrirá cada mes por más de 30 años de nuestra vida y nos indica que el cuerpo ya está ajustando la maquinaria de hacer bebés, más no así nuestro desarrollo físico y mental, sin hablar del social y económico. Conforme crecemos y experimentamos nuestra sexualidad, existe otro reto: ajustarnos entre la escasa educación sexual que recibimos, la moral mexicana impuesta a la sexualidad femenina y los avances de los varones en pleno júbilo hormonal; por lo que es indispensable hacernos llegar de conocimientos científicos y sin juicios morales, pero con gran responsabilidad y planeación sobre nuestro proyecto de vida, para obtener una vida de calidad. La fertilización, embarazo y parto, así como los procesos de adopción, es otra etapa que debe ser conocida y explorada para gozarla y no sufrirla, para buscar y exigir atención digna. Convertirnos en madres en plena crianza es u proceso que requiere todo ímpetu y energía para poder otorgar lo mejor a nuestras hijas, hijos y a nosotras mismas: es una dimensión realmente maravillosa en la vida de una mujer; lo mismo si se decide no serlo porque denota una gran responsabilidad. No hay que olvidar que la mujer madre no deja de ser una persona sexuada por el hecho haber parido… CONTINUARÁ…

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