Fin del ciclo
Andrés Torres Aguirre
El sábado pasado Omar Fayad, gobernador constitucional de Hidalgo, encabezó su último evento como jefe político del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El “cubo” del bulevar Colosio fue testigo de la reunión para despedir y hacer un último reconocimiento al mandatario que deja su responsabilidad en pocos días por lo que consideró hay algunos aspectos interesantes del evento.
Seguramente, con el paso del tiempo habrá profundos y sesudos análisis sobre la administración que encabezó Omar Fayad; en materia política, considero, el todavía titular del Poder Ejecutivo local será recordado por ser el último emanado del PRI y el que entregó, luego de nueve décadas, el control político del estado a otro partido.
La escasa, los priistas dirán selectiva, convocatoria del fin de semana para acompañar a Fayad Meneses en la sede tricolor me da pistas del sentimiento que deja entre sus correligionarios.
Además, la tarde anterior, fue detenido el ex titular de la desaparecida PGR Jesús Murillo Karam, involucrado en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos; hecho que convulsionó a la clase política hidalguense en donde Murillo Karam ocupa un sitio de honor.
Omar Fayad llegó a su último gran acto priista pero no estaban ahí figuras destacadas del partido como el senador Miguel Osorio o el presidente municipal de Mineral de la Reforma, Israel Félix. La ex candidata a la gubernatura, diputada federal y secretaria general del CEN Carolina Viggiano, tampoco fue, pero sí “posteó” en sus redes sociales un breve mensaje de reconocimiento.
Los diputados federales afines a Viggiano tampoco se dejaron ver por Pachuca y muchos de los 32 alcaldes surgidos de las filas del revolucionario institucional tampoco marcaron tarjeta de asistencia.
Entre los invitados se vio a los ex gobernadores Manuel Ángel Núñez y Francisco Olvera, también a Jorge Rojo, pero este último, visiblemente incómodo por lo que al final del acto fue el primero en irse, casi sin despedirse de nadie.
Evidentemente el priismo de Hidalgo vive su peor momento, ninguna actitud o propósito puede sanar en tan poco tiempo los efectos de la aplastante derrota electoral y es a los líderes a quienes se les atribuyen los méritos de las victorias o las causas de la derrota.
Si Omar Fayad fue un buen gobernador, los habitantes del estado y el tiempo lo dirán; eso sí, la actual administración pasará a la historia por ser el gobierno “de la pandemia” un hecho que cambió la vida de la humanidad entera.
Finalmente, en términos financieros la administración de Fayad aún no pasa la prueba del ácido porque el proceso de entrega recepción no concluye aún, tampoco las auditorías a las diferentes secretarías y áreas su gobierno por lo que en las próximas semanas o meses podría haber noticias al respecto.
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