Prevenir este tipo de dolor: especificaciones
El codo de tenista o la rodilla de saltador, son sólo dos ejemplos de la tendinitis, una afección dolorosa causada por el uso y esfuerzo excesivo de las articulaciones en el cuerpo.
Los tendones son las bandas de tejido resistentes pero flexibles que conectan los músculos con los huesos.
Cada cuerpo tiene unos 4 mil tendones: estos hacen posible doblar la rodilla, girar el hombro y asir con la mano.
La tendinitis es la inflamación de un tendón (al ver “itis” al final de una palabra médica significa inflamación). En la tendinitis, el tendón se inflama y puede rozar el hueso, haciendo que el movimiento sea doloroso. Generalmente se presenta por un movimiento repetido, el estrés o lesiones en ciertos músculos o articulaciones. Una lesión deportiva o relacionada con el trabajo es una forma común de que se produzca la tendinitis, pero cualquier persona puede tener la afección. El riesgo de sufrir de tendinitis también aumenta con la edad. “Los tendones pierden la salud a medida que envejecemos y nos volvemos menos capaces de manejar la carga”, señala el doctor Evan Flatow, un Ortopedista del Hospital Mount Sinai Roosevelt en Nueva York.
Cualquier actividad que requiera girar la muñeca o agarrar con la mano en forma repetitiva, saltar o doblarse, tirar, empujar o levantar puede irritar los tendones. Algunos de los lugares más comunes en que se produce la afección son los hombros, los codos, las manos, las muñecas, las rodillas y los tobillos. Los jardineros, carpinteros, músicos y otras personas cuyo trabajo produce tensión regularmente en los mismos tendones tienen mayor riesgo de desarrollar tendinitis.
Si se trata a tiempo, la tendinitis es generalmente una afección de corta duración. Pero puede volver si el tendón se agrava una y otra vez. Si la tendinitis sigue afectando la misma área por mucho tiempo, el tendón puede debilitarse y rasgarse o romperse.
Si hay dolor o hinchazón -y sobre todo si no puede mover una articulación en absoluto- establecer claramente las áreas exactas de la inflamación. También puede obtener una resonancia magnética o rayos X para comprobar si hay un desgarro en el tendón o para descartar otras enfermedades, como la artritis.
El primer paso en el tratamiento de la tendinitis es reducir el dolor y la hinchazón. Asegurarse de que el tendón inflamado descanse para que pueda sanar. “Tenemos que romper el ciclo de inflamación para permitir que la terapia funcione”, señala Flatow. Un médico puede recetarle medicamentos para aliviar la inflamación (como la aspirina o el ibuprofeno), inyectarle esteroides o entablillarle o colocarle una abrazadera. Luego puede hacer ejercicios suaves para ayudar a fortalecer el tendón.
Si el tendón se desgarra puede ser necesario realizar una cirugía para reparar el daño.
La actividad física regular ayuda a mantener fuertes los músculos, los huesos y los tendones y puede reducir el riesgo de sufrir lesiones y tendinitis. Pero se debe tener cuidado de no exagerar para no lesionarse. (Staff Crónica Hidalgo)