Trabajar para rescatar una lengua

Covid-19 trajo un rezago de dos años en la enseñanza de idiomas originarios, pero también nuevas áreas de oportunidad

EJERCICIOS 

Hugo Cardón Martínez

La pandemia, generada por covid-19, trajo un rezago de dos años en la enseñanza de lenguas maternas, pero también nuevas áreas de oportunidad, gracias a la tecnología: a través ella hoy se realizan presentaciones en línea como clases, diplomados, talleres, mesas de debates, convirtiéndose en una herramienta que permitirá conservar los idiomas originales.

De acuerdo con la nueva distritación local, publicada hace unos días en el Periódico Oficial de la Federación (POF), de los 18 que componen Hidalgo, seis están con considerados como indígenas, entre ellos Ixmiquilpan: integrado por cuatro municipios más, Cardonal, Chilcuautla, Nicolás Flores y Santiago de Anaya.

En el caso de Ixmiquilpan, es el tercer distrito en el estado con mayor número de población indígena; sin embargo, no todos tienen como lengua materna el hñahñu u otomí, incluso no lo hablan, de ahí que han implementado estrategias para preservar la riqueza léxica de esta etnia. El problema de la enseñanza, es su metodología, la cual no ha evolucionado, pues siguen usando estrategias de los años 50 (del siglo XX) donde es a través de la repetición y traducción de palabras acercan a las nuevas generaciones a esta manera de comunicación.

MOMENTOS. En entrevista para La Crónica de Hoy en Hidalgo, Hipólito Bartolo Marcos, promotor de la lengua hñahñu, consideró que actualmente su enseñanza debe ser analizada en dos momentos: antes y después de la pandemia. 

Antes de la emergencia sanitaria, el roceso de aprendizaje era muy tradicional, donde se tienen pocos estudios y pocos proyectos, los cuales no se conocían, pues sólo se trabajaba en círculos muy cerrados.

“Quiero pensar que esto sucedió en todo el país y no únicamente en el Valle del Mezquital, hasta antes de la pandemia, uno podía identificar quienes daban clases y quienes la recibían debido a que eran círculos muy cerrados, asimismo todo era presencial; con la llegada de la enfermedad y el confinamiento hubo un cambio. Con apoyo de las herramientas digitales se abrió la frontera para intercambiar conocimiento con otras etnias del estado y del país”. 

Expuso que la dispersión del coronavirus abrió un segundo momento en la historia de la lengua, acercándose a la digitalización, fue entonces que se percataron que hay un mayor número de personas que están estudiando las lenguas indígenas a través de la lingüística o las etnomatemáticas, entre otros temas. “En mi caso y de muchos otros, estoy seguro, que se dedican a la enseñanza de la lengua, tuvimos la oportunidad de conocer trabajos en hñahñu de Erica Barquera o de Adriana Roque Corona, quienes analizan terminaciones en números que antes yo no me imaginaba”.  

 Actual

Consideraciones 

En el distrito 5, de Ixmiquilpan, se menciona que 78.07 por ciento de los habitantes responden a una lengua y tradiciones en común, mismos que están identificados en seccionales electorales en un total de cinco municipios.

La lengua indígena se está convirtiendo en una segunda lengua para los grupos étnicos de la región del Valle del Mezquital, pues las nuevas generaciones primero hablan español y posteriormente el hñahñu u otomí, obligando a generar nuevas metodologías de enseñanza.

La falta de políticas públicas y financiamiento por parte de los gobernantes para preservar cada una de las lenguas que se tienen en el país, en Hidalgo y en el Valle del Mezquital, es una constante.

Problemática

Hipólito Bartolo Marcos, promotor de la lengua hñahñu, planteó que uno de los problemas que actualmente enfrenta la difusión y la enseñanza de la lengua es la falta de financiamiento, además no existen nuevas metodologías para enseñar hñahñu, pues aún emplean el método a través del material que realizó en su momento Emilia Watkins, denominado “Tres idiomas fraternos”.   

Recordó que cuando inició a impartir clases, lo hizo con población que sabía hablar la lengua, pero que no sabía leerla ni escribirla, posteriormente el público cambió por gente más joven que no sabía hablar, no leía, pero entendía y actualmente las nuevas generaciones no hablan, no leen y no entienden, pero existe mayor interés por aprender.

Dijo que ante los nuevos retos que se presentan, se han visto en la necesidad de buscar nuevas estrategias de enseñanza, para lo cual, el acudió a un diplomado en la UPN, de la Ciudad de México, “Metodología para la enseñanza de las lenguas indígenas como segunda lengua”.

“Este diplomado me enseñó mucho, pero también me permitió conocer opciones que tenemos en hñahñu. Debido a la pandemia se tuvo que trabajar en línea, muchos se vieron obligados a exponer de manera abierta, permitiéndonos tener acceso a información de trabajos que antes no sabíamos que existían”. 

Bartolo Marcos señaló que existen investigaciones y tesis que se quedaban en las instituciones, no sólo en hñahñu sino también en otras leguas del país, material que puede ser muy útil para actualizar los métodos de enseñanza del otomí en la región.  

Por último, consideró que preservar una lengua, ya no depende sólo de los maestros, también de los gobiernos y de la sociedad civil, quienes en repetidas ocasiones han rescatado espacio públicos, culturales y naturales, pero hoy también podrían trabajar para salvar una lengua. (Hugo Cardón Martínez)