Todo pasa y todo queda…
Andrés Torres Aguirre
La transformación en México y en Hidalgo es una realidad. Será motivo de muchos debates y discusiones si este cambio en la política y en la sociedad de nuestro país será benéfico para su población y por lo tanto no es mi propósito abonar a la polémica, pero en materia electoral, la 4T deja sentir su peso. Me explico:
Durante décadas, las reglas no escritas de la sana convivencia política venían con un calendario oficial. “El que se mueve no sale en la foto”, frase del vicesecretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Fernando de Rosa y que usaba para referir a la disciplina el desaparecido líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Fidel Velázquez era Ley de vida para aquellos que aspiraban a una candidatura.
Pero a mitad de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador acaba con el mito; “destapa” a cuatro personajes, los bautiza como “corcholatas” y confirma que la carrera por la candidatura presidencial comenzó.
En Hidalgo, pocos meses después de rendir protesta, el gobernador Julio Menchaca dio ” luz verde” a las y los integrantes de su gabinete para trabajar eventuales candidaturas; siempre y cuando no descuiden sus responsabilidades.
El año próximo en Hidalgo, además de la elección Presidencial, de la cámara de diputados y senadores, serán renovadas las 84 presidencias municipales y el congreso local. De ahí que habrá una demanda de recursos humanos como nunca antes en los partidos políticos y Morena (primera fuerza política local), es la organización con más demanda.
Ya en la ruta del posicionamiento personal van muy adelantados la titular de Desarrollo Social, Simey Olvera; el secretario de Agricultura, Napoleón González; el titular de la secretaría de Planeación, Miguel Tello; el secretario de Educación, Natividad Castrejón y con ellos, decenas de subsecretarios, directores generales, de área, más lo que se acumule.
Las consecuencias que traerá a la organización de la estructura oficial, abrir el trabajo electoral con tanta anticipación, aún no son claras, pero en tanto llegan esos análisis las y los secretarios dividen su tiempo al punto en que ya no se distingue cuando cumplen con sus responsabilidades o cuando están en labor de posicionamiento.
La mayoría de los involucrados en esta dinámica ya hicieron públicas sus aspiraciones electorales, asisten a los cursos que para tal fin ofrece la dirigencia estatal de Morena, tienen dos equipos de prensa (uno para la secretaría y otro para su candidatura), acuerdan con los medios de comunicación y preparan su imagen de campaña.
Las Vocales Extraviadas tuvieron acceso a la carpeta que mandó a hacer para su imagen de campaña un secretario. Fotos en diferentes poses, solo, con el gobernador, colores, logos, tipos de letra, tamaños ya definidos, todo a la espera del arranque oficial del proceso.
Nuevos tiempos, otros métodos, transformación en pleno, veremos cuáles son los efectos sociales y, sobre todo, los resultados electorales de ese proceder.
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