Niños indígenas sin escuela por capricho de católicos

Leonardo Herrera 

 La urgencia con la que descalificaron que se trataba de un conflicto religioso, no ha sido la misma, para encontrar una solución al problema que viven 151 personas desplazadas de las comunidades de Coamila y Rancho Nuevo en Huejutla, entre estas los casi 70 menores que hoy no pudieron regresar como la mayoría de los hidalguenses, a la escuela a la que tienen derecho constitucional.

La directora de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno, Margarita Cabrera Román, fue desmentida por el grupo de evangélicos, que rechazaron haber aceptado el pago de “faenas” a cambio de recuperar sus casas, tierras y todos los servicios comunitarios que les retiraron desde hace más de 4 meses.

La funcionaria estatal, rebasada por esta problemática, afirmó que, era un asunto de Usos y Costumbres, solo que olvido lo que seguramente debió aprender en la catedra de derecho, que ningún reglamento comunitario puede superar los derechos constitucionales y menos los que garanticen el libre desarrollo de la infancia, como es la educación.

Y en todo caso, sea de Usos y Costumbres o de Intolerancia Religiosa, es imperante encontrar una salida que permita a los menores regresar a las aulas a estudiar dignamente y a las mujeres garantizar su derecho a la salud, pues viven hacinados en un auditorio ante la indiferencia también de autoridades municipales que ya no les dan ningún apoyo alimenticio y de agua.

En el país, salvo los hijos de migrantes centroamericanos y de desplazados por violencia de grupos armados en comunidades del sureste del país, no existe un caso donde los niños no asistan a la escuela por un tema de intolerancia religiosa, lo que sienta un mal precedente y exhibe a las autoridades locales que no han sido capaces de sentar en la mesa a los involucrados y alcanzar un acuerdo, que ponga fin a esta problemática que atenta contras las comunidades vulnerables.

 

De mi tintero… El subsecretario de Educación Media Superior en el estado, Daniel Fragoso, se ha convertido en el funcionario incomodo de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), sus excesos, exabruptos y señalamientos del personal sobre acoso, ya llegaron al escritorio del cuarto piso, donde analizan su permanencia, bajo el clásico, “de que los acuerdos políticos, tiene caducidad” …Otro que acumula denuncias y estas por despido injustificado en la Secretaría del Trabajo, es el director de la Universidad Politécnica Metropolitana, Guillermo Mejía Ángeles, que además, ya fue señalado por dos directoras de sus irregularidades al interior del plantel…aquí dicen que, también las recomendaciones y protección llegarían a su fin…

 

 

X:@herreleo