ANDRÉS TORRES AGUIRRE

Entre las primeras declaraciones de Jorge Reyes, nuevo alcalde de Pachuca, destacó que su equipo identificó 19 laudos que significan una deuda de 100 millones de pesos para su naciente administración.

Los problemas financieros con los que arranca el gobierno municipal de la capital hidalguense se veían hace mucho.

Evidentemente, la buena voluntad y hasta docilidad con la que Sergio Baños, alcalde saliente, se manejó hacia la transformación hidalguense no surgió de una convicción sino del instinto de supervivencia. No quería ni quiere ir a la cárcel.

Los laudos de los que habló Jorge Reyes son herencia de la administración de Yolanda Tellería, los más importantes, pero todos son el ejemplo de una cadena de indolencia criminal por parte de nuestros ex alcaldes y alcaldesas pachuqueños.

Insisto, los problemas financieros en la capital del estado eran evidentes. Hace dos años, en una plática con el jefe político de Hidalgo se dijo: “es la capital, les tengo que ayudar”. Pero ni con ese ánimo, ni con una plena, total y absoluta entrega a morena será posible que ajusten las cuentas.

Un ex funcionario municipal que acaba de terminar su gestión en el municipio dentro del área de licencias confesó: “ yo quería hacer carrera e intentar ser alcalde en el futuro… después de esto, prefiero renunciar a cualquier aspiración. No quiero saber más de esto en muchos años”.

Jorge Reyes, tendrá todo el apoyo del gobierno hidalguense, eso quedó claro al presentar a su equipo de trabajo. Pero los títulos, las maestrías y los doctorados no garantizan la solución de problemas tan añejos como la mala condición de las calles o avenidas; tampoco solucionan la recolección y destino final de la basura. La historia lo dice, los generales ganan las guerras en el campo de batalla no en el escritorio.

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