El negocio de la basura

ANDRÉS TORRES AGUIRRE

La generación, recolección, clasificación y disposición final de la basura en Pachuca y en todo el mundo, es un tema tan complejo como costoso.
Desde la puesta en marcha del relleno sanitario del Huixmi (que sustituyó al tiradero a cielo abierto de Los Órganos), se advirtió que, sin una adecuada administración, el depósito sería una solución de corto plazo, pero también se volvería un problema de contaminación al medio ambiente.
Los intereses económicos y políticos abonaron para que, en menos de 30 años, el vaticinio se cumpliera.
Desde el principio de las operaciones en el relleno, los ejidatarios de la zona, exigieron su tajada.
Muchos de ellos, cambiaron sus actividades agrícolas por la separación y reciclado de los desperdicios hasta formar verdaderas mafias que controlan la etapa de recolección en toda la zona metropolitana de Pachuca.
Separar cartón, vidrio, metal, artículos electrónicos, plásticos es una actividad común entre los recolectores de basura, pero se hace sin ninguna medida de seguridad, sin mencionar que en la periferia del relleno del Huixmi, prolifera una colonia de centros de reciclaje donde se pueden ver montañas de diversos materiales esperando ser vendidos.
Solo para dar un ejemplo de los intereses económicos que pesan sobre el relleno sanitario del Huixmi, hay que conocer que la industria del reciclaje en México está valuada en 3 mil millones de dólares al año y mantiene un crecimiento del 10 por ciento cada 12 meses (cifras de la Asociación Nacional de la Industrias del Plástico, ANIPAC).
En la concesión de la recolección a particulares también hay una enorme pérdida para los gobiernos municipales.
Los alcaldes reciben una cantidad fija mensual por otorgar el permiso a particulares, pero la administración del relleno sanitario cobra por tonelada recibida al municipio, así que la desproporción debe ser cubierta con dinero público.
La declaratoria de cierre al relleno sanitario que recientemente hizo de la Secretaría del Medio Ambiente de Hidalgo, se fundamentó en un estudio profundo sobre el riesgo a la salud que significa su permanencia, el daño al medio ambiente y factores como el crecimiento de la mancha urbana que está a punto de rodear totalmente la instalación.
Sin embargo, los intereses económicos llevan a resolver el conflicto del relleno sanitario desde una perspectiva política.

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