ANDRÉS TORRES AGUIRRE

Las administraciones municipales cumplieron 100 días pero esa es la única convergencia que consiguieron en ese lapso.
Desafortunadamente para la población de muchos municipios en Hidalgo, sus alcaldes y alcaldesas siguen sin darle un rumbo claro o positivo a sus proyectos.
El alcalde de Tasquillo, Alberto Basilio es uno de los ejemplos más grandes en cuanto a rechazo y descontento social, surgido en estos meses de su mandato.
Desde el primer día se confrontó con las corrientes internas de su partido, cobró venganza de sus detractores y despidió a empleados municipales.
Sus asesores políticos lo requirieron y aceptó corregir sus pifias, en parte, pero el daño está hecho; ahora cada acción de su administración es censurada, despreciada y cuestionada por la población local.
Otros alcaldes de plano están “colgados” del gobierno del estado como el de Mineral despreciada la Reforma.
Eduardo Medécigo obedece las instrucciones que le dan, pero olvida que hay acuerdos políticos muy por encima de él y sus consejeros, así que cada que hace una declaración rimbombante, lo requieren para que no haga alboroto mediático.
Seguir el papel de víctima no le reditúa grandes beneficios al alcalde neomorenista porque en su municipio todos los grupos políticos saben que llegó al cargo gracias a una gran alianza partidista y no a sus méritos políticos.
Otro municipio donde cumplir 100 días de gobierno no es motivo para festejar es Tulancingo.
Lorena Cazárez se pasó los últimos meses en medio de polémicas y chismes.
En el Cabildo de la segunda ciudad más grande de Hidalgo hay una guerra declarada; de ahí que existieran filtración de documentos oficiales, audios de reuniones privadas y un sinnúmero de chismes en contra de la alcaldesa.
Cien días de gobierno municipal en Tulancingo, pero hasta hoy lo único que se sabe o se ve en cuanto a las actividades de su autoridad son problemas.
Cierto que para la complejidad que representa dirigir un municipio (sin importar su tamaño), cien días son muy pocos como para determinar su situación; sí es tiempo suficiente para conocer qué tanto conocimiento, liderazgo o destreza tienen los presidentes municipales y si hay esperanzas de que las cosas mejoren.

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